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Informar es resistir, y resistir es el primer paso hacia la libertad

En Nicaragua, el ejercicio del periodismo independiente se ha convertido en una profesión de alto riesgo, pero también en una necesidad vital para la sociedad. En un país donde la persecución y criminalización de quienes buscan, investigan e informan sobre hechos reales, se ha convertido en política de Estado, la labor de los comunicadores y periodistas representa uno de los pocos bastiones de resistencia contra el autoritarismo y el silenciamiento. Informar, en estas circunstancias, no solo es un acto de valor; es un acto de justicia.

Desde la crisis política de 2018, el gobierno ha intensificado sus esfuerzos por controlar la narrativa, cerrando medios de comunicación, confiscando equipos, arrestando periodistas y forzando al exilio a quienes insisten en ejercer su oficio de manera independiente.

 Los pocos medios que han logrado subsistir lo hacemos en condiciones adversas: bajo constantes amenazas, con recursos limitados y con la incertidumbre de cómo continuaremos informando mañana. Sin embargo, contra viento y marea, seguiremos en este 2025 cumpliendo con mantener informada a la ciudadanía.

La necesidad de informar es tanto un imperativo ético, como una función esencial para la supervivencia de una sociedad libre. En un entorno donde las instituciones democráticas han sido erosionadas y la verdad es distorsionada por la propaganda estatal, los periodistas independientes, somos de una u otra manera, guardianes de la memoria colectiva y los ojos de un pueblo que merece conocer la realidad que le afecta.

La información no solo permite a los nicaragüenses comprender la magnitud de la crisis que enfrentan, sino también articular formas de resistencia y solidaridad. Al denunciar violaciones de derechos humanos, exponer corrupción y amplificar las voces de quienes luchan por la justicia, los periodistas sostienen un espejo ante el poder, obligándolo a rendir cuentas, aunque sea solo ante la opinión pública.

Somos conscientes de que el costo personal de este compromiso es inmenso. La persecución estatal ha obligado a muchos periodistas a operar desde la clandestinidad o a exiliarse, así como a emigrar, pero incluso desde el exilio, estos profesionales no han cesado en su tarea de informar. Los medios digitales, las redes sociales y las alianzas con organizaciones internacionales han permitido que la verdad continúe circulando, a pesar de los intentos del régimen por apagarla.

En este contexto, también es crucial que los grupos de solidaridad internacional, así como la comunidad internacional reconozcan y apoyen la labor de los periodistas nicaragüenses. La libertad de prensa no es solo una cuestión nacional; es un pilar fundamental de los derechos humanos y la democracia en cualquier lugar del mundo.

A pesar de la adversidad, desde Radio Veritas nos comprometemos a seguir siendo un farol en medio de la oscuridad y para ello estamos tejiendo redes con la plataforma de comunicación Vidas Caribeñas, quienes investigan e informan sobre la Costa Caribe de Nicaragua, con esta alianza buscamos que cada reportaje, cada investigación y cada denuncia es un recordatorio de que la verdad, aunque perseguida, tiene el poder de abrir grietas incluso en los regímenes más opresivos. Informar es resistir, y resistir es el primer paso hacia la libertad.

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