España está cuándo y donde nadie la esperaba, lista para disputar con Francia un puesto en la gran final de la Eurocopa 2024 en una semifinal a la que, además, llega como favorita tras eliminar a la anfitriona y con pleno de victorias.
Pocos fuera del ámbito más cerrado de la selección hubieran apostado por este escenario hace apenas un mes, cuando España desembarcó en Donaueschingen «por lo bajini» y situado en el segundo escalón de las aspirantes al título. Hoy, llega como «la mejor de la Eurocopa», según Didier Deschamps, seleccionador francés.
En el primer escalón de las quinielas sí estaba nuestro rival de este martes en Múnich, una rutilante Francia, que asusta con solo leer los nombres de sus jugadores, aunque hasta ahora su puesta en escena ha resultado decepcionante.
No obstante, y como han repetido los jugadores españoles estos días previos al partido, «si está en semifinales es por algo». Cero confianza en una España consciente de la exigencia de unas semifinales europeas, que ya perdió en su última Eurocopa contra Italia, y del peligro que tiene una Francia que no necesita un gran juego para hacer mucho daño.
España ha trabajado a conciencia la forma de detener a los puñales franceses, Mbappé y Dembélé, peligrosas armas de una selección que, pese a todo, no ha marcado un solo gol en juego en todo el torneo. A la selección de Deschamps le ha valido con dos goles en propia puerta y uno de penalti para plantarse en la antesala de la final.