Los habitantes del barrio Carlos Manzanares, ubicado en el sector oeste de la ciudad de Chinandega, ven con recelo la inauguración de calles recién adoquinadas por la alcaldía de este municipio, ya que eso no resuelve los serios problemas debido a la acumulación de aguas residuales y la falta de infraestructura adecuada para su drenaje. Esta situación, que data de varios años, ha generado condiciones insalubres y enfermedades entre los residentes.
Vecinos del barrio expresaron bajo condición de anonimato su hastío por las charcas putrefactas y la suciedad que los rodeaba. “Pedro” un ciudadano residente de la zona, declaró que las “autoridades municipales nunca ordenaron la construcción de alcantarillas y tuberías de aguas negras, que es el primer proyecto que debieron hacer, a no, adoquinan calles, pero de nada sirve, las aguas seguirán saliendo a las calles, no hay orden”, enfatizó.
A pesar de las denuncias y solicitudes de los vecinos, la problemática persiste. La falta de intervención efectiva por parte de las autoridades locales ha llevado a los residentes a resolver sus propios problemas. La acumulación de aguas residuales no solo representa un foco de enfermedades, sino que también afecta la calidad de vida de quienes habitan en el barrio Carlos Manzanares.
Además de los problemas estructurales, el reparto enfrenta serias inquietudes en materia de seguridad. Numerosos reportes indican que se han registrado actos de vandalismo y pequeños hurtos, lo que ha generado un ambiente de desconfianza entre la comunidad. Los residentes reclaman mayor presencia policial y medidas efectivas para prevenir la delincuencia, señalando que la sensación de inseguridad afecta la vida diaria de niños, adultos y personas mayores.
“Nos preocupa la falta de patrullaje y el sentimiento de abandono. Vivir donde la delincuencia se siente tan presente es algo que nadie debería soportar”, comentó una madre de familia, subrayando la urgencia de implementar estrategias de seguridad en la zona.