El Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) ha confirmado 1,853 casos de gusano barrenador en Nicaragua desde marzo pasado hasta el 15 de agosto de este 2024.
Este reporte refleja un incremento de 1,373 casos que casi triplica los reportados en junio de este año, cuando la institución tenía confirmados 480 animales infectados. El dato desmiente el discurso oficialista que asegura que mantienen controlada la situación.
En el informe publicado este viernes, en los medios oficialistas, la institución gubernamental señala que como resultado de las acciones sanitarias de la vigilancia epidemiológica permanente, han detectado la mayor cantidad de casos en el ganado bovino con 1,410, mediante resultados de laboratorio.
La segunda especie más afectada es el ganado porcino con 249 casos, seguido de 59 caninos, 17 ovinos, 11 caprinos y 1 ave.
Los departamentos más afectados son: Río San Juan, Rivas, Boaco, Carazo, Masaya, Granada, Managua, Matagalpa y RACCS (Región Autónoma de la Costa Caribe Sur), por lo que en estos “se mantiene la vigilancia epidemiológica permanente en la zona focal y los alrededores”, señala el informe del IPSA.
La institución encargada de la sanidad animal, reporta la visita de 16,471 fincas y 6,191 casas de habitación, en las que han inspeccionado 966,921 animales, de estos han curado las heridas a 72,987 en los sitios y en 12 puntos de control e inspección sanitaria.
El IPSA asegura que han impartido 640 charlas a 10,627 productores como parte de la campaña de acciones sanitarias para la contención y control del gusano barrenador del ganado.
En abril de este año el IPSA declaró alerta sanitaria por la expansión rápida del gusano barrenador en varios países de Centroamérica, entre ellos Panamá y Costa Rica, en este último ya se reportó una persona fallecida por el contagio de esta plaga y hasta junio mantenía a otras siete bajo tratamiento médico.
El gusano barrenador es una larva de la mosca conocida como Cochliomyia hominivorax, que se introduce e infecta las heridas de los animales, desde picaduras de garrapatas a cortes y hasta por el descorne. También pueden ingresar por cualquier orificio incluidos los nasales, boca, órbitas de los ojos, los oídos o los genitales de los animales.
“La larva se alimenta de tejidos vivos y fluidos asociados. Su ciclo de vida es de aproximadamente de 21 días, la hembra de esta especie se aparea una sola vez en su vida y pone sus huevecillos en cualquier herida, incluso aquellas tan pequeñas como las que son causadas por garrapatas”, explica el IPSA en su sitio web.
Este gusano se alimenta de tejidos vivos y fluidos asociados de las heridas de animales, a los que les provocan una miasis cutánea, que es una infección parasitaria conocida como gusanera, además de pérdida de peso que los puede llevar a la muerte.
Para combatir la plaga, el IPSA asegura que ha hecho uso de seis avionetas que esparcen unos 27 millones de moscas macho estériles cada semana, y recientemente también lo empezaron a hacer de forma terrestre. Con ello esperan que tras el apareamiento con las hembras se frene la propagación.