El Gobierno de Nicaragua envió a Roma a los sacerdotes Leonel Balmaceda y Denis Martínez, que fueron detenidos el 10 y 11 de agosto de 2024, respectivamente. El destierro fue informado defensores de derechos humanos y medios nicaragüenses en el exilio.
Balmaceda y Martínez pertenecían a las diócesis de Estelí y Matagalpa, ambas administradas por el obispo Rolando Álvarez, quien fue preso político hasta que fue desterrado al Vaticano en enero de 2024.
Leonel Balmaceda era párroco de la iglesia Jesús de Caridad en el municipio de La Trinidad, Estelí, mientras Denis Martínez servía como formador en el seminario interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, en Managua.
El diario La Prensa y 100% Noticias informa a su vez que el sacerdote Danny García, párroco de la iglesia San Juan Bautista en Matagalpa, fue “liberado” después de que el pasado viernes se denunciara su aprehensión por parte de la Policía nicaragüense.
Con los dos nuevos sacerdotes enviados al Vaticano ya suman 48 los desterrados por el régimen. Sin embargo, la dictadura ha sometido a más de 240 religiosos y religiosas al destierro, expulsión o negativa de ingreso a Nicaragua, desde 2018.