El padre Danny García, párroco de la Iglesia San Juan Bautista del municipio de Muy Muy, que pertenece a la Diócesis de Matagalpa, ha sido detenido por policías que se lo llevaron con rumbo desconocido, confirman feligreses que desde la noche del jueves reportaban asedio en el templo.
El secuestro del padre García se enmarca en la nueva ola represiva de la dictadura contra la Iglesia católica que en las últimas dos semanas ha resultado en la detención de más de una docena de sacerdotes en el norte de Nicaragua con el claro objetivo de desmantelar la Diócesis de Matagalpa y la Diócesis de Estelí, ambas dirigidas por obispo desterrado Rolando Álvarez.
Con el arresto del párroco de Muy Muy ya son 16 los religiosos que han sido sustraido de sus templos por la Policía, de este grupo siete fueron desterrados a Roma tras un acuerdo con el Vaticano.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó este miércoles su preocupación por la «persistente represión» en Nicaragua y en particular por la «persecución religiosa» manifestada en las detenciones «arbitrarias» y las «graves» condiciones en la que permanecen quienes están en prisión.
Como resultado de esos operativos, 12 sacerdotes y al menos dos colaboradoras de la Iglesia católica fueron detenidas, la mayoría vinculadas con las Diócesis de Matagalpa o de Estelí, que dirige el obispo excarcelado y desnacionalizado Rolando Álvarez.
En el municipio de Muy Muy, en el departamento de Matagalpa, el sacerdote era el coordinador de los medios católicos y parroquiales de su municipio, en donde estaba pendiente de las transmisiones eucarísticas y de la divulgación de las actividades pastorales de monseñor Rolando en esa localidad.
“Siempre lo ibas a ver apoyando a los jóvenes de la pastoral juvenil. Siempre visitaba las comunidades y bendecía las casas de sus feligreses. Varias veces llevó el Santísimo a las casas para orar por las familias”, contó la amiga del cura.