El abogado y magíster en docencia Adrián Meza lleva ya más de dos años lejos de casa, pero eso no lo ha detenido de seguir trabajando en lo que ha definido los últimos 27 años de su vida: la enseñanza. Todavía trabaja “atendiendo a la población migrante nicaragüense en el ámbito de la formación técnica; tomamos la decisión de priorizar la formación técnica de cara a las necesidades del migrante nicaragüense”, explicó Meza a República 18.
A la UPF le arrancaron su personería jurídica y efectivamente cesó operaciones el 2 de febrero de 2022 por mandato de la Asamblea Nacional, controlada por el Frente Sandinista. La UPF sería luego absorbida, junto con otras universidades, por la “Universidad Ricardo Morales Avilés“, un ente creado por el régimen sandinista el 7 de febrero de ese mismo año.
La UPF había operado con Meza al frente durante veinte años desde que su precursor, el Instituto Paulo Freire, recibió la personería jurídica a modo de universidad en 2002, pero con raíces en 1997. Previo a ello, en 1991, Meza había fundado la Universidad Popular de Nicaragua (Uponic) junto con su padre, llegando a graduar a más de 18 mil alumnos hasta que encontró junto al UPF el mismo destino.
“Se habla de la clausura de 33 universidades privadas en el país con una afectación de más de 40 mil estudiantes con todo el impacto que ello representa para el futuro de la nación; hablamos de la clausura de centros de actividad académica que cumplían un papel esencial en la formación técnica y profesional de miles de jóvenes nicaragüenses”, explicó Meza.
“En la medida en que el modelo de sociedad que está construyendo el régimen, se vuelve totalmente disfuncional una carrera (como el periodismo o el Derecho) y nadie se siente estimulado para estudiarla. Así sucesivamente vamos a ir encontrando carreras que por el modelo de sociedad del régimen están perdiendo toda funcionalidad“, añadió.
Meza valoró que los efectos de tan terrible situación académica en Nicaragua podrán apreciarse a mediano plazo, pero se lamentó. “Ya las primeras promociones que están saliendo a partir de 2018 en adelante”, aseguró, añadiendo que “ya comienzan a mostrar fisuras relevantes en materia de calidad y desempeño; para nadie es un secreto que hay una crisis importante en la formación técnica“.
Meza continúa trabajando en pos de estudiantes nicaragüenses afectados por esta situación a través del Centro Nicaragüense de Educación y Formación Abierta (Cenief) entre San José, Costa Rica y Miami, en Estados Unidos, pero también a través de una restituida UPF, que recibió personería jurídica en la Florida y ve al Cenief como “una expresión” suya en Costa Rica.
Meza explicó que con sus esfuerzos no busca competir con ninguna universidad local y celebra haber graduado ya a 522 jóvenes nicaragüenses en áreas técnicas de distinta naturaleza. “Operamos con cooperación internacional, de modo que el estudiante no tiene problemas arancelarios”, subrayó.
También comentó de colaboraciones con otra universidades, como la Universidad de José, con la cual están coordinando maestrías en el área de relaciones laborales para Centroamérica, entre otros esfuerzos.
“Ya nos estamos preparando para que nuestros cursos entren a los procesos de reconocimiento y acreditación ante el Instituto Nacional de Aprendizaje de Costa Rica. Sabemos que no va a ser sencillo, en Costa Rica la educación tiene estándares altos, pero es un desafío que tenemos de frente y vamos a asumir con toda responsabilidad”, concluyó.
*Esta publicación es integra y originalmente producida por Republica 18