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Acusan a Israel de bombardear a Naciones Unidas en Líbano mientras EE UU le envía más armas

Desde el 7 de octubre 7.870 personas han sido detenidas solo en Cisjordania y Jerusalén Este, afirmaba esta mañana Palestinian Prisoner’s Society, 16 de ellos cerca de la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, durante esta misma mañana, según ha informado la agencia Wafa. Algunas de las personas detenidas desde el 7 de octubre fueron liberadas y otras siguen en cárceles, forman parte de los 9.000 prisioneros que Palestinian Prisoner’s Society contabiliza. Casi un tercio de las personas palestinas retenidas por Israel lo están en situación administrativa, es decir, sin haber sido acusadas formalmente. Las denuncias sobre el tratamiento de los prisioneros palestinos en las cárceles israelíes llevan tiempo siendo documentadas y se han endurecido en los últimos cinco meses, como muestran los relatos de las personas liberadas.

El informe de la organización se ha hecho público el día de la Tierra Palestina, fecha en la que estaban convocadas movilizaciones en ciudades de todo el mundo: ciudades como Nueva YorkAmmanCiudad de México, o Londres han protagonizado manifestaciones multitudinarias. Durante esta jornada, se conmemoraban los hechos del 30 de marzo de 1976, en los que seis palestinos desarmados fueron asesinados y más de 100 sufrieron heridas por los disparos del ejército de ocupación, mientras protestaban por la confiscación ilegal de tierras palestinas durante una jornada de manifestaciones en múltiples ciudades y huelga general. 

Hombres desarmados como los que caminaban hace unos días en medio de la destrucción de Khan Younis y eran abatidos en la distancia por francotiradores del ejército de ocupación, según probaba un vídeo difundido por Al Jazeera, medio de comunicación que días después mostraba cómo otros dos hombres desarmados que se dirigían al Norte de Gaza eran ejecutados y enterrados con excavadoras. Las cifras de Palestinian Prisoner’s Society no registran los prisioneros palestinos en la Franja, que son objeto de desaparición forzosa. Organizaciones como Euromed Human Rights Monitor han documentado torturas, tratos degradantes y ejecuciones contra aquellos que son capturados por el ejército sionista.

Indiferente a la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del pasado lunes 25 de marzo, en la que todos los países miembros votaron a favor de un alto al fuego menos EE UU que se abstuvo por primera vez, Israel continúa con su empresa genocida: son ya 32.705 las personas asesinadas en su ofensiva contra Gaza, y 75.190 las heridas, según las autoridades gazatíes. Mientras, la situación de hambruna programada por Israel —acción que podría suponer un crimen de guerra, según señalaba el pasado jueves el Comisario para los Derechos Humanos de Naciones Unidas Volker Türk— amenaza la vida de gran parte de la población de la Franja.

Según reportaba Al Jazeera, las autoridades gazatíes han contabilizado en 400 las personas muertas bajo fuego israelí durante la incursión del ejército sionista en el hospital de Al Shifa, el cual mantuvo bajo asedio durante 13 días. Personas desplazadas —las instalaciones sanitarias se había convertido en refugio de miles de palestinos expulsados por los bombardeos de sus hogares— pacientes y personal médico, figuran entre las víctimas de las tropas israelíes.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud, comunicaba en la mañana del sábado, que al menos 9.000 pacientes necesitan ser urgentemente trasladados desde Gaza, donde solo 10 hospitales seguirían estando mínimamente operativos en toda la Franja. Los pacientes, cuya vida depende de que Israel permite su evacuación, “incluyen personas que necesitan tratamiento para el cáncer, que han sido heridas por los bombardeos, o que necesitan diálisis o sufren otras afecciones crónicas”, explicaba el director de la institución, Tedros Adhamon, en las redes. 

Israel persiste también en su ofensiva contra Naciones Unidas, tras criticar la resolución y asegurar que no la cumpliría, cancelaba una visita a Estados Unidos en señal de protesta contra la abstención de su aliado. Mientras, la relatora de Naciones Unidas para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, que el pasado 26 de marzo presentaba su informe “Anatomía de un genocidio”, en el que pedía sanciones y un embargo de armas contra Israel, explicaba días después que había recibido amenazas de muerte tras hacer público el documento.

Pero las ofensivas no se limitan al discurso. Ayer viernes 29 de marzo tres observadores internacionales de la UNIFIL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano) junto a su intérprete fueron alcanzados por un misil en Líbano, cerca de la frontera. Las autoridades libanesas han atribuido el ataque al ejército sionista, mientras Israel lo niega.Por otro lado, más allá de las diferencias manifestadas entre Israel y Estados Unidos a raíz de la abstención de este último en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en los hechos no se aprecian grandes diferencias: Estados Unidos ha aprobado una nueva entrega de ayuda militar en forma de bombas y aviones, por valor de 3.800 millones de dólares a su aliado en Oriente Medio, mientras, ambos países se encontrarán el próximo lunes 1 de abril para abordar la tan anunciada por Israel invasión terrestre de Rafah, donde se refugian 1.3 millones de palestinos.

En este marco, en la tarde del sábado el medio egipcio Al Qahera anunciaba —partiendo de fuentes del gobierno— que durante la jornada del domingo 31 de marzo se retomarían en El Cairo negociaciones para un eventual alto al fuego de seis semanas a cambio de la liberación de 40 de los cautivos israelíes en Gaza. Los patrocinadores del encuentro, Estados Unidos, Egipto y Qatar, intentaron impulsar previamente un alto al fuego temporal que abarcase el Ramadán sin éxito, dada la negativa del gobierno de Netanyahu a detener la ofensiva contra la Franja. Las recientes movilizaciones en Israel para exigir el regreso de los prisioneros, y unas elecciones, podrían ser un incentivo para que el gobierno sionista accediese a un acuerdo.

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