Monseñor José Antonio Canales, obispo de la diócesis de Danlí, Honduras, y una de las voces de la Iglesia católica de Centroamérica más críticas al régimen de Daniel Ortega, reprobó este viernes la prohibición de la salida de las tradicionales procesiones Semana Santa en Nicaragua.
La censura a las manifestaciones de fe popular son una evidencia del «miedo al pueblo organizado», dijo al medio digital Despacho 505 el obispo de Danlí. Es el segundo año consecutivo que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo prohíbe que los santos sean sacados de los templos en procesión.
«Ellos saben que tendrían que masacrar a todo un pueblo para poder detenerlos como lo hicieron en el 2018, pero el pueblo de Nicaragua ya tiene esa experiencia y en la historia de los pueblos tristemente por la libertad se ha derramado sangre. Es duro decirlo pero es la verdad», agrega el jerarca católico.
Según la investigadora Martha Patricia Molina, autora del estudio Nicaragua: una Iglesia perseguida, al menos 4,800 procesiones no podrán salir a las calles esta Semana Santa.
La prohibición de las procesiones, reconoce monseñor Canales, tiene un gran impacto entre la sociedad, ya que Nicaragua es un país mayoritariamente católico y, sin duda, la privación de sus expresiones más profundas es algo que les afecta.
«El pueblo está impactado porque sus expresiones religiosas más profundas han sido prohibidas, pero la gente está descubriendo cada día más, cómo vivir su fe en medio de las tempestades», afirmó el obispo.
El obispo lamenta que Ortega y Murillo convirtieran las procesiones «en un asunto de interés político», algo que no sucedió ni durante la dictadura de Anastasio Somoza.