El Consejo Supremo Electoral, controlado por la dictadura de Daniel Ortega, otorgó el control total de los gobiernos de las regiones autónomas del Caribe de Nicaragua al partido Frente Sandinista en unas elecciones en las que imperó el abstencionismo y la coacción del voto principalmente a trabajadores del Estado y beneficiarios de programas gubernamentales.
Con un 57.66% de las juntas escrutadas, el Consejo Supremo otorga un 89.86% de los votos al Frente Sandinista, con los que se estaría asegurando el control total de los consejos regionales del Caribe Norte y Caribe Sur del país.
La participación ciudadana, según el primer reporte oficial, sería de 48.30%. El Partido Liberal Constitucionalista quedaría en segundo lugar con apenas el 7% de los votos.
En estas elecciones regionales, catalogadas por la oposición como una nueva farsa, el Frente Sandinista asistía prácticamente sin competencia política después de que el partido indígena Yatama, con probabilidades reales de entrar en el Gobierno regional fuera cancelado por la dictadura.
Con estos resultados, el Frente Sandinista se estaría adjudicando el control total de los gobiernos en el país. Ya controla el Gobierno Central, el 100% de los gobiernos municipales y ahora los gobiernos regionales del Caribe.