El Obispo Auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, urgió a la comunidad internacional ser “más eficaz en la presión” contra la dictadura de Daniel Ortega, por su “odio hacia la Iglesia” católica en Nicaragua que ha provocado el arresto de un obispo, 12 sacerdotes y dos seminaristas en los últimos 10 días.
“La decisión arbitraria e ilegal de la dictadura sandinista en Nicaragua de mantener a dos obispos encarcelados (monseñor Rolando Álvarez e Isidro Mora Ortega) y de secuestrar a varios de sacerdotes en pocos días, evidencia una vez más su desprecio flagrante hacia los derechos humanos, su falta absoluta de respeto hacia la libertad religiosa y su inquebrantable y permanente odio hacia la Iglesia”, denunció Báez.
En las últimas 48 al menos cinco sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua han sido detenidos por la Policía Orteguista. Este odio de la dictadura sandinista hacia la Iglesia, dice Báez, es un reflejo de su miedo ante la fuerza liberadora del Evangelio, la luz de la verdad de Jesús y el poder de la oración.
“Los tiranos son conscientes de que el pueblo nicaragüense ama a su Iglesia y a sus pastores, y les aterra la existencia de un pueblo consciente y movilizado por la fe cristiana, porque es un pueblo crítico, libre y sujeto de su propia historia”, explica.
Los malvados podrán hacer alarde de fuerza bruta en medio de la noche para secuestrar a nuestros sacerdotes, podrán torturarlos y maltratarlos en sus calabozos, podrán interrogarlos para humillarlos, podrán estar pensando en negociar con ellos o desterrarlos o desnacionalizarlos como han hecho con muchos de nosotros. Sin embargo, con dignidad y valentía y diciendo la verdad sin temor, ellos ya están dando testimonio de Jesús y seguirán haciéndolo”, afirmó.
En su llamado a la comunidad internacional, Silvio Báez pide ser “más eficaz” en la presión contra la dictadura sandinista de Ortega, que exija la libertad de todos los presos políticos y la restauración del orden democrático en el país.
A la Iglesia del mundo entero, pidió volver sus ojos hacia Nicaragua. “No nos dejen solos, ofrezcan su oración por nuestro pueblo oprimido y alcen su voz profética en favor de esta Iglesia perseguida”, concluyó.