La Dictadura Ortega-Murillo expulsó de Nicaragua al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en un comunicado divulgado este lunes dieciocho de diciembre, la CICR manifestó que «por pedido de las autoridades nicaragüenses, el CICR ha cerrado su oficina en Managua, terminando así su misión humanitaria en el país».
La organización recordó que, en el 2018, año en que estallaron las protestas antigubernamentales, recibió «la autorización de las autoridades de Nicaragua para abrir una misión en el país, enfocada en objetivos exclusivamente humanitarios».
«En enero de 2019 el CICR estableció una Misión permanente en Managua, y en marzo de ese mismo año el CICR y el gobierno de Nicaragua formalizaron un acuerdo para visitar a personas detenidas», explicó.
«La acción del CICR en Nicaragua se ha centrado en estos años en tres grandes áreas de trabajo: apoyar a la Cruz Roja Nicaragüense para brindar servicios de Restablecimiento del Contacto entre Familiares y para fortalecer su labor humanitaria en favor de las personas más vulnerables; prevenir y atender consecuencias humanitarias de la privación de la libertad; y actividades de formación sobre el derecho internacional humanitario, el marco jurídico aplicable a las tareas en las que participan las fuerzas armadas y de seguridad, y el derecho internacional de los derechos humanos», subraya.
El Comité Internacional de la Cruz Roja es enfático en que tal «como hace en más de 80 países», su labor «tiene una finalidad exclusivamente humanitaria, y se apega estrictamente a los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia».
En este sentido, afirma que «la delegación regional del CICR para México y América Central reitera su disponibilidad para reanudar su diálogo y acción humanitaria en Nicaragua».
El régimen de Daniel Ortega canceló y se apropió de los bienes de la Cruz Roja Nicaragüense en mayo pasado y en su lugar creó lo que llama Cruz Blanca, supeditada directamente al Ministerio de Salud (Minsa).