La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aprobó el pasado jueves 7 de diciembre la Ley Anual del Presupuesto General de la República 2024. Este presupuesto tiene un monto de ingresos de 138 mil 634 mil córdobas, financiados en un 84.8 por ciento vía los impuestos de los nicaragüenses.
El resto del presupuesto se financiará con 3 mil 662.4 millones de córdobas de la colocación de letras del tesoro y 21 mil 55 millones de córdobas provenientes de recursos externos, es decir, préstamos y donaciones.
«Esta comisión considera que el 2024 viene con buenas noticias para el pueblo nicaragüense, ya que a pesar de un entorno internacional desfavorable, el país continuará por una senda del desarrollo con una estimación de crecimiento entre el 3 y 4 por ciento del Producto Interno Bruto en términos reales», dijo el diputado oficialista José Figueroa, vicepresidente de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto.
Según el legislador orteguista, los recursos, el régimen los estará destinando «al fortalecimiento y desarrollo de los programas de inversión pública y servicios públicos que ejecutan las distintas instituciones».
En este punto, hay que señalar que el Presupuesto General de Egresos es de 133 mil 804 millones, para un incremento del 27.1 por ciento en relación al presupuesto 2023.
La militarización a la que Nicaragua es sometida por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se evidencia en la partida presupuestaria lo que hace que “la persecución se va a profundizar en el país ya que las personas que nos encontramos dentro del país prácticamente estamos secuestrados en todo el sentido de la palabra” dijo a Radio Veritas una defensora de derechos humanos de Chinandega bajo condición de anonimato.
El régimen Ortega-Murillo está destinando en materia de «seguridad» un monto de 15 mil 815 millones de córdobas, de los cuales 4 mil 401 millones corresponden a la Policía y 3 mil 797 millones para el Ejército, dos de las instituciones más cuestionadas por violaciones a los derechos humanos y por estar supeditadas a la voluntad del dictador Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.